PASEO NOCTURNO POR
LA ORILLA DEL GUADALQUIVIR
Ha llegado el verano... la calor aprieta, la
cerveza y "la tapa" corren por las
terrazas de nuestra querida tierra.
Pero es por la noche... cuando nuestro
inseparable Lorenzo nos deja para
darnos su cotidiana y esperada tregua...
cuando mi gente saca la silla a la
calle o se acerca a la terraza del barrio para disfrutar de la brisa fresca con nuestra Cruzcampo, nuestro "pescaito" frito o con nuestra tapa.
Hace unos días, después de ese necesitado
ágape de las diez de la noche, decidí recordar mis paseos de finales de los
noventa por nuestro Guadalquivir y el
pequeño recorrido fue una continua invitación.
Nuestro río... histórico, tranquilo, silencioso,
plomizo, espeso y con luces reflejadas invitándome a la meditación...
Sus orillas... decoradas con la abundante, resistente y vistosa adelfa moviendo recuerdos de mi niñez deambulando entre ellas por los barrancos y
arroyos de mi pueblo... cavilando sobre el efecto venenoso de la ingesta de las
hojas de este falso laurel rosa y a compararlo con el uso razonado, en la
cocina como condimento y en la medicina como tonificador, del laurel común.
Las siluetas... de la arquitectura de vanguardia
que lo atraviesa, encañona y perfila llevan dome al embeleso del hormigón decorado con el acero inoxidable, el
aluminio y el cristal oscuro.
Los letreros... publicitarios de tono rojizo
anaranjado de neón del otro lado de la orilla transportándome al seductor progreso de
la química comercial de los gases nobles.
La luna creando sombras cortas invitándome a repasar cómo, con su trayectoria, produce los eclipses y con su
reflejo solar esas fases que el hombre primitivo utilizaba para
calcular el tiempo y... pensando en ese hombre de las cavernas, comencé a valorar
aquellos grafitis que estaba percibiendo y que hasta ese momento no empecé a
ver.
Esos grafitis en la orilla del Guadalquivir a su paso por Torneo
me trasladaron a los petroglifos de Galicia y La Rioja, a las pinturas del norte
como Altamira y a las del sur, en nuestra tierra, en las provincias de Cádiz
y Málaga y que tantos abrigos
rupestres acaparan.
rupestres acaparan.
Cuevas que recogen la
necesidad del ser humano de expresar mediante dibujos su creatividad. Esos
dibujos y pintura realizados con los
dedos, palos, plumas y puede que hasta con escupidos de saliva del propio artista; con pigmentos de vegetales, animales,
arcillas o resinas y que ubicaron en la prehistoria en sus cuevas; cuando
llegamos a la historia, con el uso de nuevas técnicas, respondiendo a nuevas
culturas, con nuevas inquietudes y formas de vida; esos grabados y pinturas policromadas, esa
creatividad, la volvemos a encontrar en la decoración de muros de adobe y columnas de Egipto y Roma...
Esa noche, en este paseo, con 2.000 años más de historia y de progreso, aprovechando los desalojados
bancos situados en la orilla del río, me senté a contemplar aquellas
manifestaciones de arte y admirado aplaudí mentalmente la expresividad, el talento, la
maestría, la pericia y la creatividad del GRAFITERO.
Un fiel y disciplinado trabajador del aerosol... pintor importante y necesario para la decoración de nuestro sobrio mobiliario
urbano.
Desde estas líneas mi caluroso aplauso como homenaje al artista del grafiti por su arte abstracto de comunicación, por
saber visualizar los impactos sociales, por saber combinar... respeto, réplica, dibujo, letras, composición y por... la
humildad de su anonimato.
Texto extraído del libro
Mi tierra, mi
pueblo, mi gente,…
El grafitero y su impronta
Autor José González Mayoral - Goma-
Imágenes ARCHIVOS GOMA
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Propiedad Intelectual