Miguel, en esa inquietante y eterna “espera”, sacó la petaca de la
chaqueta, lió un cigarro, fue a la chimenea, cogió la tenaza y con ella removió la leña ardiendo y la golpeó hasta sacar ascuas. Después, cogió la
más roja y la acercó al cigarrillo que con unas profundas aspiraciones
encendió. De un lado a otro de la habitación, con el cigarro entre los dedos dando "calá" tras
"calá", Miguel, que pocas veces se "salía de sus casillas",
mostraba una impaciencia que nada tenía que ver con el mozo siempre tranquilo y
templado que todos conocían.
El matrimonio tenía pensado que si la criatura era varón se llamaría
Isidro por el padre de ella y en caso de ser hembra Lucía por la abuela paterna.
Si Catalina era primeriza, Miguel también
lo era y en aquel momento, aquella imagen de su mujer en la cama con la niña en los brazos, dando el pecho a criatura tan débil y
tierna, sus esperanzas de “macho”, que momentos antes, junto a la chimenea, nervioso y expectante ansiaba, ahora se tornaban felicidad y complacencia.
Aquel primer llanto,
rayo de luz y
tranquilidad…
Aquel primer pecho,
piel con piel hasta
la eternidad…
Aquella estampa de
madre
con su savia amamantando...
Aquella primer brote
ambicionando raigambre…
Aquellos tiernos agarres
intentando a la vida afianzarse...
Aquel primer instante
de sentimientos
emocionantes...
Aquel renacer de la sangre...
¡Cómo olvidarlo, unos padres!.
Texto extraído
del libro… Los colores de la vida
Autor… José González Mayoral
- Goma -
Obra inscrita en el Registro de la
propiedad intelectual.
NOTA DEL AUTOR.
La imagen que
ilustra el tema es La Madona del Rosal pintada por Bernardino Luini, nacido en Luino, a
orillas del Lago Mayor y discípulo del gran Leonardo.
CURIOSIDAD
En la iglesia parroquial
de Utrera se puede contemplar un cuadro de este pintor manierista con motivo mariano… La Virgen y
el Niño, entre los mártires... San Sebastián atado a un árbol y San Roque con su bastón
de peregrino.
Goma
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