A LISA GHERARDINI

          Al mejor retrato del Louvre, Monna Lisa, esposa de Francesco Giocondo, La Gioconda.

         Un óleo sobre madera que siempre acompañó al “Gran Leonardo”.

Paisaje, matices de salmón y esmeralda,
suavidad, sombras y claros, difuminados,
perspectiva de volumen, de espacio,
tierra, agua, vibraciones, arcanos…
 
Mona Lisa, grandeza, serenidad,
rostro feliz y redondeado,
sin arrugas en la frente,
 raya central y pelo bien peinado…
 
Sin cejas ni pestañas,
soslayada y retenida mirada
que directa, impenetrable y clara
cela lo reservado y cuida la distancia...
 
Nariz larga, recta, de puente elevado,
media sonrisa y todo un misterio en los labios,
mentón de mente fuerte, rostro, cuello y pecho 

por velo y rizos disimuladamente enmarcados...
 
Recostada sobre un sillón,
 emocional y satisfecha
sin anillos, sin joyas,
misterio en rostro y manos...
 
Casando lo celestial y terrenal, 
lo universal y específico,
lo enigmático y manifiesto...
símbolo universal del retrato.

Goma

Texto extraído del libro En busca del paraíso
Autor   José González Mayoral -Goma-
Inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual

Imagen ISABEL GISBERT PALACIO

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