sábado, 2 de marzo de 2013

UN DESTIERRO POR CASTIGO



UN DESTIERRO POR CASTIGO

En este destierro, por un amor prohibido, condenado
he  remontando lomas, cerros, montes, collados
y macilento, sin resuello y agotado,
a mi paso por vegas, valles y prados,
mi aliento, paso a paso, he  recuperado…

Alguna vez tanto sudor
en alguna rivera he lavado,
alguna vez tanto cansancio
al pie de una encina
o de un castaño he dejado…

Atrás, quiero dejar la soledad
del pedregoso y tortuoso camino,
delante, la multitud ciudadana,
esa multitud que me agobia tanto,
esa multitud múltiple entre aceras, adoquines  y asfalto…

Y tendré que dejar mi mochila
con mis muchos descuidos llena,
con mis recuerdos de ayer,
con  mis ropas desaliñadas y viejas
y mis botas, de tropiezos y resbalones, reventadas…

Y  cuando mi cuerpo esté limpio y aromado,
vestiré nuevas ropas
y estrenaré cómodo calzado
con el que poder andar para encontrar
un amor palpable, sin cotos y entregado…

Que la experiencia que he vivido
me sirva para alejarme
de todo “amor prohibido”,
del amor adolescente y mancebo,
del perverso, pérfido o con marido…

Que mi credencial de amor
me lleve a un nuevo destino
en el que pueda depositar mis sueños y pensamientos,
con el que compartir libre, sentimientos,
con el que construir  aciertos y desaciertos…

Un  amor nuevo, dulce y bondadoso
que arrope la soledad de mi alma,
que dé cobijo a mis sentimientos…
un amor con el que entrelazar pueda todo mi cuerpo
y me cale hasta la sustancia blanda de mis huesos.

Goma

A orillas del Guadalete, 1976. Un destierro por castigo.


Texto extraído del libro Historias y paisajes rimados  
Autor José  González  Mayoral -  Goma -
Obra inscrita en el Registro de la propiedad intelectual.
Imagen   ISABEL GISBERT PALACIO



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