UN
DESTIERRO POR CASTIGO
En este destierro,
por un amor prohibido, condenado
he remontando lomas, cerros, montes, collados
y macilento, sin resuello
y agotado,
a mi paso por vegas, valles y prados,
mi aliento, paso a
paso, he recuperado…
Alguna vez tanto
sudor
en alguna rivera he
lavado,
alguna vez tanto
cansancio
al pie de una encina
o de un castaño he
dejado…
Atrás, quiero dejar
la soledad
del pedregoso y
tortuoso camino,
delante, la multitud
ciudadana,
esa multitud que me
agobia tanto,
esa multitud
múltiple entre aceras, adoquines y asfalto…
Y tendré que dejar
mi mochila
con mis muchos descuidos
llena,
con mis recuerdos de
ayer,
con mis ropas
desaliñadas y viejas
y mis botas, de
tropiezos y resbalones, reventadas…
Y cuando mi
cuerpo esté limpio y aromado,
vestiré nuevas ropas
y estrenaré cómodo
calzado
con el que poder andar para encontrar
un amor palpable,
sin cotos y entregado…
Que la experiencia
que he vivido
me sirva para
alejarme
de todo “amor
prohibido”,
del amor adolescente
y mancebo,
del perverso,
pérfido o con marido…
Que mi credencial de
amor
me lleve a un nuevo
destino
en el que pueda
depositar mis sueños y pensamientos,
con el que
compartir libre, sentimientos,
con el que construir
aciertos y desaciertos…
Un
amor nuevo, dulce y bondadoso
que arrope la
soledad de mi alma,
que dé cobijo a mis
sentimientos…
un amor con el que
entrelazar pueda todo mi cuerpo
y me cale hasta la
sustancia blanda de mis huesos.
Goma
A
orillas del Guadalete, 1976. Un destierro por castigo.
Texto extraído del libro Historias y paisajes rimados
Autor José González Mayoral - Goma -
Obra inscrita en el Registro de la propiedad intelectual.
Imagen ISABEL
GISBERT PALACIO
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